Hay que tener muy presente que las mamparas de baño para niños tienen que ser prácticas, resistentes, seguras y muy estables. Lo mejor es que sean de cristal templado, cinco veces más sólido que el vidrio normal y muy difícil de que se rompa. Además, si la fatalidad ocurriera, el vidrio se partiría en fragmentos pequeños de cantos suaves que no supondrían peligro alguno. Es bueno apostar por grosores de cristal de mínimo 6 mm, ya que a mayor grosor del vidrio, mayor estabilidad.

Estanqueidad de la mampara

Las mamparas de baño para niños necesitan garantizar la máxima estanqueidad, evitar las salpicaduras de agua y el descenso de la temperatura mientras los niños se duchan o bañan. Las mamparas de baño correderas son de las más estancas, especialmente si llevan un cierre magnético y son suficientemente altas para evitar escapes por la zona superior, ya que a los peques les gusta jugar y chapotear durante el baño.

Asimismo, las mamparas correderas (de ducha o de bañera) son perfectas para baños pequeños, ya que ayudan a aprovechar la superficie disponible al máximo. No necesitan espacio extra para su apertura y son muy cómodas de usar. Asegúrate eso sí de que sus rodamientos sean dobles y de un material resistente para que la mampara de baño tenga mucha durabilidad.

Un acceso cómodo

Las mamparas de baño para niños necesitan ser prácticas y cómodas de usar, ya sea por los propios pequeños o por los adultos que los van a asistir durante su higiene. La ausencia de perfilería inferior vendrá bien para evitar tropiezos al acceder o que tú te claves las guías mientras bañas a los peques. Tanto si se trata de una mampara de ducha o de bañera, esta debe dejar un hueco de entrada suficientemente amplio para que resulte cómoda de usar. Las mamparas plegables suelen ganar a las correderas en este sentido, aunque las de tres hojas correderas también dejan una entrada amplia.

Una hoja de bañera también puede ser una perfecta solución para un baño infantil. Se trata de paneles de vidrio que se colocan en la zona más próxima a la grifería. Dejan un espacio completamente abierto y otorgan sensación de amplitud y ligereza visual al baño. Además, muchas de estas mamparas permiten abatirse hacia el interior, dejando el total del ancho para acceder a la bañera y asear cómodamente a los niños.

Para ducha, otra buena opción son las mamparas que están partidas por la mitad y cuyos cristales superiores pueden abatirse hasta 180º. Con ellas resulta muy fácil y práctico ayudar a los pequeños a ducharse al mismo tiempo que evitas las salpicaduras de agua. Este tipo de mamparas fraccionadas son además muy recomendables para personas con movilidad reducida o dependientes.

Elígela con antical de serie

Te vamos a hacer una última recomendación a la hora de comprar mamparas de baño para niños. Elige una que te guste y a ser posible que incluya un tratamiento antical de serie o que se pueda aplicar después con un spray. Estos sistemas facilitan muchísimo la limpieza y el mantenimiento de las mamparas, haciendo el proceso más fácil, cómodo y rápido. Con los sistemas antical las gotas de agua se deslizan hasta el plato de ducha o bañera y se evita la acumulación de cal que tanto afea los vidrios a la larga. Todos sabemos lo que les gusta a los niños chapotear en el baño o jugar durante la ducha y de esta manera prevenimos que el jabón, los aceites, la suciedad o la cal  deterioren los cristales de nuestra bonita mampara.

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Ejemplo de vidrios con o sin sistema antical

Comparativa de dos vidrios sin y con tratamiento antical[/caption]